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¿Nunca te has preguntado por qué las personas desarrollamos obesidad?

La etiología o el origen de la obesidad es multi factorial e implica una interacción compleja entre factores genéticos, biológicos, ambientales y sociales.


Puntos clave:

  • La obesidad no suele ser una elección individual per se (aunque las desiciones individuales pueden influir en la aparición, desarrollo y mantenimiento de la obesidad).
  • Las personas con obesidad desarrollan esta condición como respuesta a desiciones propias pero también terceras (las personas no escogen su genética, ni necesariamente el entorno -cultural, social y ambiental- en el que nacen, crecen y se desarrollan. A pesar de que pueden ser pro-activas y contribuir a la prevención o atención).
  • Las personas con obesidad pueden ser objeto de estereotipos negativos, y juicios erróneos que sugieren que la obesidad es simplemente resultado de la falta de autocontrol, pereza, mediocridad o falta de voluntad.
  • Una persona con obesidad tiene los mismos derechos y debería ser tratada con el mismo respeto con el que se trata a cualquier otra persona. Aquí no defendemos la discriminación, las burlas, malos tratos o culpabilización de las personas que por distintos motivos desarrollan obesidad.
  • Una persona, tiene obesidad; pero no es obesa. A pesar de que se cuente con un diagnóstico de obesidad, la persona no pierde su carácter de persona. La persona, no es su diagnóstico (aplica para cualquier condición o diagnóstico).
  • La obesidad es asunto de todos y no es culpa directa de nadie.
  • La persona que tiene obesidad puede buscar atención (la obesidad puede conllevar riesgos a la salud) si así lo decide, pero es una elección personal (que tampoco es siempre es posible).
  • Cada caso es particular y no todos llegamos a tener obesidad por el mismo motivo. Las personas pueden ser pro-activas y buscar modificarlo.
  • La prevención siempre es la mejor alternativa.

Etiología de la Obesidad:

La obesidad es el producto de la contribución de distintos elementos; particulares; pero sobre todo, colectivos.

1. Determinantes genéticos y biológicos:

  • Algunas personas pueden tener una predisposición genética que las hace más proclives a ganar peso o a almacenar grasa en exceso (en distribución, localización y cantidad).

-La predisposición genética a almacenar grasa es parte de la evolución humana que viene de la ventaja adaptativa que brindaba en épocas de escasez de alimentos (a lo largo de la historia, aquellos capaces de almacenar energía en forma de grasa eficientemente tenían mayores posibilidades de sobrevivir durante períodos de hambruna). Aunque en la actualidad la disponibilidad de alimentos es alta en muchas sociedades, esta predisposición genética persiste, y combinada con estilos de vida sedentarios y dietas ricas en energía y nutrientes críticos, puede llevar al exceso de almacenamiento de grasa y a la obesidad, con sus consiguientes impactos en la salud (aunque también puede suceder por otros motivos, recuerda que es “multi-factorial”).

  • Factores biológicos, como el metabolismo basal, la regulación hormonal y la respuesta al apetito, también influyen en la propensión a la obesidad (estos pueden verse alterados por condiciones de salud, uso de medicamentos o terapias, genética, la alimentación y hábitos, la composición corporal y función celular, entre otros).

-Los factores biológicos como el metabolismo basal, que es la cantidad mínima de energía que el cuerpo necesita para mantener funciones vitales en reposo, varía entre individuos y puede influir en la acumulación de grasa. Asimismo, la regulación hormonal, incluyendo hormonas como la insulina y la leptina, juegan un papel vital en el equilibrio energético y en cómo se almacena y utiliza la grasa corporal; además del apetito y hambre. Estos mecanismos pueden ser alterados por diversos factores, como condiciones de salud (por ejemplo, síndrome metabólico), el uso de ciertos medicamentos, terapias hormonales o incluso factores genéticos, que pueden predisponer a una persona a tener un metabolismo menos eficiente o una mayor tendencia a acumular grasa. Estos aspectos biológicos, combinados con otros factores contribuyen al origen complejo de la obesidad.


2. Determinantes ambientales:

  • Alimentación poco saludable y ambiente obesogénico: El acceso y la disponibilidad de alimentos altos en energía, procesados, ricos en grasas y azúcares puede contribuir a hábitos alimentarios poco saludables. Ambientes que fomentan la obesidad, como la promoción de comida chatarra, publicidad de alimentos poco saludables y la falta de acceso a opciones alimentarias adecuadas.

-En la actualidad, la mayoría de los productos disponibles en las tiendas donde adquirimos comida, son ultraprocesados y poseen cantidades excesivas de ingredientes que pueden ser nocivos para la salud (el caso de azúcares añadidos, sodio, grasas trans/saturadas, entre otros). Estos son diseñados para ser “apetecibles y agradables”. Sin embargo, cuando la persona los consume puede poner en riesgo su salud. La persona no es “culpable” por gustar de ellos pues los ultraprocesados están hechos para ser disfrutados y por consiguiente, consumidos y comprados. Además, el ambiente obesogénico incluye la actividad física y puede involucrar todos aquellos elementos que nos predisponen a movernos más o menos (en el caso de la actividad física, la cercanía o la seguridad de los espacios). ¿Cuál otro se te ocurre?

“Obesogénico”: predispone, promueve y alienta el desarrollo (“génico”- génesis u origen ) de la obesidad.

  • Estilo de vida sedentario e inactividad física: Los avances tecnológicos y los trabajos que requieren menos actividad física nos han llevado a que seamos más propensos a llevar un estilo de vida sedentario, con poco movimiento y actividad física. Esto puede ejemplificarse con lo que ocurrió y fue más evidente, para algunas personas, durante el confinamiento por la pandemia; trabajos en línea, largas jornadas de estudio (estando sentados o recostados), espacios reducidos, menos ingresos, etc.

3. Determinantes sociales:

  • Nivel socioeconómico: Personas con bajos ingresos pueden tener menos acceso a alimentos saludables y opciones para practicar actividad física, además pueden tener menos oportunidades para acceder a información o servicios relacionados con la prevención y promoción de la salud, lo que aumenta su riesgo de obesidad.
  • Educación y conocimiento: La falta de educación sobre nutrición y estilos de vida saludables puede contribuir a elecciones alimentarias inadecuadas. También, la información inadecuada, sesgada o incompleta puede contribuir.
  • Cultura y normas sociales: Las normas culturales que favorecen la indulgencia alimentaria, o ciertos estilos de vida sedentarios pueden influir en la obesidad.
  • Estigma y discriminación: La discriminación basada en el peso puede afectar la autoestima y llevar a conductas alimentarias poco saludables y al aislamiento social, contribuyendo al ciclo de la obesidad.

4. Determinantes Psicosociales:

  • Estrés: El estrés crónico puede desencadenar conductas alimentarias poco saludables, como la sobreingesta emocional, que contribuyen a la obesidad.
  • Depresión y ansiedad: Las condiciones de salud mental pueden asociarse con un mayor riesgo de obesidad debido a los efectos en la regulación del apetito y el comportamiento alimentario. Además medicamentos utilizados para el tratamiento, pueden promover la ingestión de alimentos muy palatables y a la potencial retención de grasa corporal.

5. Determinantes Culturales y comportamentales:

  • Percepciones de belleza: Las normas culturales sobre la belleza y el cuerpo pueden influir en la imagen corporal y las prácticas alimentarias.
  • Hábitos alimentarios y educación nutricional: Las tradiciones alimentarias y la educación nutricional pueden influir en los hábitos alimentarios y, por ende, en la acumulación de grasa corporal.

Entonces, ¿tener obesidad es una elección?

La obesidad no suele ser una elección individual intencionada. Es una condición médica compleja que resulta de una interacción de factores genéticos, ambientales, culturales, psicológicos y de estilo de vida.

Algunas personas pueden tener una predisposición genética a acumular grasa y en unión con factores ambientales y del estilo de vida, como la dieta poco saludable, la falta de actividad física, el estrés y la falta de sueño, pueden desarrollar obesidad. También la acumulación excesiva de grasa puede resultar de terapias, medicamentos, enfermedades, entre otros.

Sin embargo, el entorno obesogénico (el que se vendan, oferten y desarrollen productos ultraprocesados y haya o no, mayor o menor, oportunidad para ser activos -entre otros-), la cultura y normas sociales no son necesariamente desiciones de la persona que tiene obesidad.


¿Conoces a alguien con obesidad?

  1. Evita juzgar o hacer comentarios negativos: No hagas comentarios que perpetúen estereotipos o prejuicios sobre el peso o apariencia física de la persona. La persona con obesidad no es floja, débil, conformista, mediocre, fea, mala; por el simple hecho de haber desarrollado obesidad.
  2. Sé empático y comprensivo: Trata de entender las experiencias y desafíos que la persona pueda enfrentar. Esto es una realidad, las personas con obesidad son objeto de malos tratos y menos oportunidades. No entres a ese ciclo, no lo repliques, no lo compartas y NO lo permitas.
  3. Valora la diversidad de cuerpos (entorno inclusivo): Recuerda que todos los cuerpos son diferentes. Anima la aceptación de la diversidad corporal y promueve la idea de que la valía de una persona no se basa en su apariencia física.
  4. Comparte sin riesgo: comparte información precisa y basada en evidencia sobre la obesidad, destacando su complejidad y los múltiples factores que contribuyen a ella. Ayuda a desafiar los estereotipos erróneos y las ideas simplistas.
  5. Apoya un estilo de vida saludable sin juicios: Si la persona está interesada en llevar un estilo de vida más saludable, ofrécele tu apoyo y aliento, pero sin presionarla o juzgarla. Cada persona tiene su propio proceso y ritmo de cambio.

El estigma de la obesidad se refiere a la discriminación, prejuicios, estereotipos y actitudes negativas que las personas con obesidad pueden enfrentar en diferentes aspectos de la vida debido a su peso y apariencia física. Estos prejuicios pueden manifestarse en diversas formas, como burlas, comentarios despectivos, exclusión social, falta de oportunidades laborales, estigmatización en el ámbito médico, entre otros.


¿Tú tienes obesidad?

  1. Recuerda: No eres floja, débil, conformista, mediocre, fea, culpable, mala o menos que nadie; por el simple hecho de haber desarrollado obesidad.
  2. Busca información precisa y basada en evidencia: Puedes decidir buscar asesoría y atención, pero es una elección personal (la obesidad puede conllevar riesgos a la salud). Asesórate con profesionales que cuenten con las credenciales, pero sobre todo la empatía y carácter necesarios para serte un apoyo y no una carga. Cada caso es particular y no todos llegamos a tener obesidad por el mismo motivo, si lo decides así y es una posibilidad factible, busca modificar los factores (los que estén en tus manos; como podrían ser los hábitos) que te llevaron a desarrollar obesidad.
  3. Busca apoyo si lo necesitas: El estigma puede tener efectos perjudiciales para la salud física y mental de las personas que lo experimentan. Puede contribuir a la ansiedad, la depresión, la baja autoestima, el aislamiento social y la evitación de situaciones que implican la exposición pública. Si este es tu caso, quiero decirte que no estas sol@ y no te lo mereces. Busca apoyo y grupos de ayuda.

La obesidad es una enfermedad compleja y crónica que se caracteriza por la acumulación excesiva de grasa corporal y tiene impactos negativos en la salud física y emocional. Esta condición resulta de la interacción entre factores genéticos, ambientales, dietéticos y de estilo de vida (entre otros).

La obesidad aumenta el riesgo de padecer otras enfermedades, como la diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas, hipertensión y ciertos tipos de cáncer. Adoptar un estilo de vida saludable que incluya una alimentación equilibrada y actividad física regular puede servir para prevenir y manejar la obesidad (esto es distinto para cada uno de nosotros, dependerá del caso) mejorando así la calidad de vida y bienestar de las personas afectadas.



Si te animas y es lo que buscas, me daría mucho gusto escucharte y ayudarte como me sea posible (siendo yo tu nutri o refiriéndote con alguien que tenga lo que podría funcionarte).Yo Rocío, Licenciada en Nutrición y Ciencia de los Alimentos, estoy a tus órdenes 🙂 

Rocío Bou
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