1-Ponle calma a tus elecciones.

• Pregúntate cual o cuales de las opciones disponibles quieres y/o puedes comer; deja a un lado el “es tradición”, “todos hacen eso”, “llevo x años haciéndolo…” y céntrate en tí y tus necesidades.
• Disfruta, pero hazlo con moderación y pensando en tí y tu bienestar (físico, mental y social).
• Opta por porciones adecuadas para ti.
• Saborea cada bocado y come despacio.
• Pregúntate, si realmente deseas esa segunda porción, si estas satisfecha o si prefieres disfrutar de otra alternativa.

2-Mantente hidratada/o.

• Asegúrate de tomar suficiente agua simple. La hidratación es fundamental para mantener la salud. Proponte bajarle a las bebidas alcohólicas y si te animas, pasa de ellas. Busca preferir agua simple, ponche, agua de jamaica o limonada en vez de refrescos, asesórate con un nutriólogo para saber cuánto y qué podría ser mas conveniente para tí.

3-Moderación

• Aunque pueda llegar a ser tentador entregarse a los platillos y preparaciones de festividades o navidades sin restricciones, es esencial recordar que la moderación es clave para mantener un equilibrio saludable. No te embarques en la búsqueda de quedar completamente saciado o indulgirte como si no hubiera un mañana. Disfruta de los sabores y opta por porciones y alimentos adecuados para ti. Recuerda, la verdadera alegría de las festividades radica en compartir momentos especiales, y no en la comida.

4-Actividad física

• Ya sea dar un paseo después de la cena, bailar en eventos sociales o participar en actividades al aire libre, mantenerse activo contribuye a la salud física y mental. Aprovecha el periodo navideño para aumentar tu tiempo de ejercicio, iniciar o continuar con la actividad física que más disfrutes.

5-Descansa

• No subestimes la importancia del descanso. Durante las festividades, es común que nuestras rutinas se vean afectadas. Prioriza el sueño para permitir que tu cuerpo se recupere y se mantenga resiliente.